lunes, 10 de febrero de 2014

Lágrima



Una lágrima recorre mi mejilla
lentamente, sin prisa,
para caer finalmente
sobre tu vientre desnudo.

Indiferente al silencio,
desconcertada pero conocedora
del por qué de su camino:
¡Sabe que jamás volveré a verte!
.
Maldigo la felicidad
que se presenta para anunciar
 que no es posi­ble,
que no tiene continuidad.

Que te esclaviza a tus recuerdos
para vivir de tu pasado con nostalgia,
para anunciar un futuro
 sin sentimientos, sin ti.

Reviviré tiernas escenas
que me elevarán a lo más alto,
para caer en picado
ante la cruda realidad.

Y te contemplo, dormida,
mientras pienso en la ruptura
del lazo que nos une.

Y sigo llorando, en silencio,
mientras suelto el hilo
de nuestra cometa.


Josecho Vía

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